Cómo reforzar el sistema inmunitario frente a los resfriados de temporada

Con la bajada de las temperaturas, nuestro sistema inmunitario se pone a prueba. Los virus de la gripe y los resfriados se vuelven más frecuentes, y para afrontar mejor los malestares típicos de la temporada es fundamental potenciar nuestras defensas naturales y mantenerlas fuertes y reactivas.

Con hábitos cotidianos sencillos y una correcta integración nutricional es posible reforzar el sistema inmunitario: vamos a conocerlo mejor para poder apoyarlo en su función defensiva.

El papel crucial del sistema inmunitario

El sistema inmunitario está formado por células, tejidos y órganos que nos defienden de agentes externos potencialmente dañinos. Evita la entrada de virus y bacterias y los neutraliza si consiguen superar nuestras barreras protectoras.

Funciona en dos niveles: la inmunidad innata – presente desde el nacimiento – y la inmunidad adquirida, que aprende progresivamente a reconocer y combatir antígenos específicos provenientes del exterior.

El sistema inmunitario protege así al organismo de numerosas infecciones. Sin embargo, situaciones de estrés, una mala alimentación o la falta de sueño pueden comprometer su capacidad defensiva.

Señales de un sistema inmunitario débil

Más allá de enfermedades específicas, el sistema inmunitario puede debilitarse también por factores como:

  • consumo excesivo de tabaco y alcohol
  • alimentación desequilibrada
  • estrés físico y mental
  • sedentarismo
  • cambios bruscos de temperatura
  • uso de determinados medicamentos

“¿Por qué me pongo malo tan a menudo?” Un sistema inmunitario debilitado se manifiesta con mayor susceptibilidad a resfriados, gripes e infecciones varias. Reconocer estos signos es clave para intervenir a tiempo y adoptar medidas preventivas eficaces.

Buenos hábitos para aumentar las defensas inmunitarias

Cuando el sistema inmunitario funciona correctamente, los tiempos de recuperación son más cortos, las heridas cicatrizan más rápido, enfermamos con menor frecuencia y se reducen síntomas como caída del cabello, dolores musculares y cansancio.

Algunos consejos para reforzar las defensas naturales.

  • Seguir una dieta variada, completa y nutritiva. Las defensas funcionan mejor si no hay déficits, especialmente de Vitamina C, Vitamina D, Hierro, Selenio y Zinc.
  • Practicar actividad física, preferiblemente al aire libre. En invierno es fácil caer en el sedentarismo, pero la exposición al sol fortalece el sistema inmunitario, y los espacios abiertos reducen el riesgo de contagio. Eso sí: evita cambios bruscos de temperatura y no sobrecargues tu cuerpo, respeta siempre tu nivel y avanza gradualmente.
  • Mantener una adecuada higiene personal y de los espacios, sin obsesionarse. El sistema inmunitario necesita entrenarse desde la infancia: no exponerse a los patógenos y estar en un entorno excesivamente estéril puede tener el efecto contrario.
  • Reducir el estrés, ya que el cortisol debilita nuestras defensas naturales. Además, el estrés excesivo afecta negativamente al sueño, fundamental para mantener un sistema inmune fuerte.
  • Evitar o reducir el consumo de tabaco y alcohol, que vuelven al organismo más vulnerable.

Micronutrientes que fortalecen el sistema inmunitario

La alimentación y la inmunidad están estrechamente relacionadas. Una dieta equilibrada garantiza los nutrientes esenciales que el organismo no puede producir por sí mismo.

Entre los más importantes destacan Zinc, Vitamina D y Vitamina C. Sin embargo, no siempre la dieta cubre las cantidades necesarias.

La Vitamina C, por ejemplo, se deteriora fácilmente con el calor y la cocción de los alimentos. Además, nuestro organismo no la produce de manera natural, por lo que debe incorporarse a través de la dieta o de complementos alimenticios, preferiblemente de alta biodisponibilidad y en dosis adecuadas.

Vitamina C: la vitamina por excelencia para la inmunidad

También conocida como ácido ascórbico, la Vitamina C es la protagonista indiscutible de los complementos del invierno. Está presente en cítricos (naranjas, limones, pomelos, limas), kiwis, pimientos, tomates, brócoli, coles y espinacas.
Además de contribuir al sistema inmunitario, la Vitamina C combate los radicales libres gracias a su acción antioxidante, favorece la producción de colágeno y ayuda a reducir el cansancio y la fatiga.

Para optimizar su absorción, lo ideal es consumir los alimentos que la contienen crudos o poco cocinados, aunque no siempre es posible. Por eso, confiar en un complemento de calidad de alta calidad y monocomponente puede ser una buena estrategia para apoyar las defensas en los momentos más exigentes.

Por ejemplo, una ventaja que ofrecen algunos de los mejores complementos de Vitamina C es la tecnología de liberación controlada, que garantizan un aporte gradual a lo largo del día.

El consejo final: actúa con prevención. Cuanto antes entrenes y refuerces tu sistema inmunitario, mejor preparado estará para hacer frente a virus y patógenos durante los meses fríos.

Crea tu rutina de bienestar

Descubre el protocolo adecuado para ti.