Postbióticos: lo mejor de la microbiota
En nuestro sistema digestivo todo funciona en sinergia gracias a un delicado equilibrio que, cuando se altera, influye a todo el resto del organismo.
Una mala digestión o los trastornos gastrointestinales afectan al bienestar general, desde la correcta absorción de nutrientes —que, si no se realiza bien, puede causar carencias— hasta el buen funcionamiento del sistema inmunitario
Especialmente en los cambios de estación o en periodos de estrés intenso, la flora intestinal —o microbiota— puede perder su equilibrio debido a cambios en el estilo de vida, a una alimentación más rica en grasas y pobre en fibra o a una hidratación insuficiente.
¿Cómo ayudar al microbiota a recuperar el equilibrio (eubiosis) y devolver al organismo un estado de bienestar? Aunque pueda parecer sorprendente, la respuesta está en las propias bacterias y microorganismos y en los productos derivados de ellos, llamados postbióticos.
Para comprender mejor su función, es necesario entender primero qué es la microbiota y qué actividad desarrolla para nuestra salud.
El papel de la microbiota
La microbiota intestinal es una auténtica comunidad compuesta por bacterias y otros microorganismos (buenos y no tan buenos) que conviven en el intestino y participan en el proceso digestivo.
Esta convivencia funciona muy bien cuando está en perfecto equilibrio, sin embargo, este equilibrio puede alterarse por tratamientos con antibióticos, infecciones intestinales o incluso por el estrés.
De hecho, el cerebro y el intestino están conectados a través de una red neuronal, lo que explica por qué los desequilibrios en la microbiota repercuten tanto en la salud física como en el bienestar emocional.
La alteración del microbiota se denomina disbiosis, y sus señales más comunes son: hinchazón tras las comidas, gases, calambres abdominales, diarrea o estreñimiento.
Para reequilibrar y reforzar la microbiota se utilizan principalmente probióticos, presentes en alimentos fermentados como yogur, kéfir, miso, chucrut, kimchi, tempeh o kombucha.
¿Prebióticos, probióticos o postbióticos?
Aunque puedan sonar parecidos, no son lo mismo:
- Prebióticos: fibras no digeribles que nutren a la microbiota. Están presentes en verduras, cereales y legumbres.
- Probióticos: microorganismos vivos que favorecen el equilibrio del microbiota. Se encuentran en alimentos fermentados.
- Postbióticos: sustancias liberadas por los microorganismos durante la fermentación, con potenciales beneficios para el organismo.
En los últimos años los postbióticos han despertado un gran interés científico. Diversos estudios exploran su potencial para favorecer el bienestar digestivo y la salud intestinal.
Postbióticos: qué son, dónde encontrarlos y cómo tomarlos
A diferencia de los probióticos, los postbióticos no son microorganismos vivos, sino compuestos derivados de las bacteriano con efectos beneficiosos sobre la salud intestinal.
Algunos postbióticos son, por ejemplo, los ácidos grasos de cadena corta (SCFAs), ciertas vitaminas y enzimas. En particular, el ácido butírico, ha mostrado ser eficaz en una mejora del ecosistema intestinal, especialmente si se combina con glutamina durante y después de tratamientos con antibióticos.
El ácido butírico, se encuentra de forma natural en la mantequilla, la leche y los quesos, y también puede consumirse en forma de complemento alimenticio.
Más beneficios con una suplementación de calidad
La microbiota de cada individuo es única, por lo que los postbióticos ayudan a potenciar el crecimiento de bacterias beneficiosas, favorecen una digestión más eficiente y contribuyen al equilibrio del ecosistema intestinal.